La poda de invierno o también llamada poda en seco, se realiza sobre los sarmientos ya maderizados, con la planta en estado vegetativo y es la primera decisión importante sobre los vinos de la próxima cosecha. En ella, cortamos la madera del año anterior y seleccionamos las yemas que producirán los pámpanos y posteriormente sarmientos y racimos de la próxima campaña de vendimia.
¿Cómo podar? La importancia técnica de la poda
La poda de la vid es una operación muy importante para la vida y la sanidad de la planta. Los cortes suponen heridas y es una acción agresiva para la planta, por eso hay que limitarse a cortar los sarmientos, que son cortes que la planta es capaz de cicatrizar.
El sarmiento es la madera de un año que fue la rama verde de la viña en el verano anterior y que en agosto se transforma en madera en el proceso de agostado.
Durante la poda, hay que estudiar los flujos de savia, que es el sistema circulatorio de la viña. Cuando se hacen cortes en la planta, hay una parte del tejido interno de la planta que se seca (conos de desecación), inhabilitando los canales de flujo de la savia llamados floema (Son los conductos que transportan la savia elaborada (carbohidratos y agua) desde la hoja a los tejidos d la planta) y xilema (Son los conductos que suben la savia bruta, es decir, agua, nutrientes y sales minerales desde la raíz a las hojas).
Es por esto que los inevitables cortes discurran sobre un mismo plano, respetando zonas de madera vieja en donde la savia fluya de la mejor manera posible.
Podar viñas, una tarea compleja
Si estos conductos están anulados por una mala praxis de la poda, el sistema circulatorio de la planta estará mal comunicado y los nutrientes no llegaran bien a los tejidos. Esto imposibilita una madurez correcta del racimo e incluso, puede hacer peligrar la supervivencia de la planta, ya que los tejidos que no reciben agua y nutrientes se secarán, aumentando el problema.
La sanidad también es también un factor importante, ya que cuando necesitamos hacer cortes grandes (madera de mas de 2 años) la planta es incapaz de cicatrizar ese corte y esa herida representa una puerta abierta para la infección por hongos de la madera.
Cuando las esporas de los hongos son capaces de establecerse en la herida y penetrar en la planta, su desarrollo conlleva a una degradación de los tejidos y la irremediable muerte de la planta al cabo de unos años.
Esto además tiene un problema añadido, que es que podemos infectar una viña sana si antes hemos podado una infectada. Sin querer, podemos propagar la enfermedad incluso antes de que los efectos de la infección sean patentes la primera vid enferma. Este problema se minimiza si en los cortes se aplica pasta cicatrizante.
Diferentes tipos de podas
La gran mayoría de nuestras viñas están conducidas en vaso. Este es el sistema tradicional de la zona y solo algunas, las más jóvenes, están en espaldera conducidas en doble cordón o también llamada poda royat. Estas son las podas mayoritarias en Ribera del Duero, no obstante, existen otros tipos de poda muy diferentes a las primeras, como la poda guyot, muy usada en Francia, o la poda vara y pulgar usada básicamente en jerez.
En la poda en vaso, la viña se forma con 4 brazos, cada uno con 1 pulgar que formará 2 varas con la intención de crear una esfera de vegetación. Esta formación crea un microclima propio dentro de la planta en donde los racimos están siempre ventilados pero parcialmente expuestos. Debido a que trabajamos con mucho viñedo viejo, la mayor parte de nuestras viñas tiene esta conducción.
En la poda en espaldera, la viña se forma con dos brazos en posición horizontal que se atan a un alambre de formación. En cada brazo se dejan 3 pulgares, que deben orientarse hacia arriba y en cada uno dejaremos crecer 2 varas. Aquí la intención es formar un plano de vegetación que favorezca una buena exposición solar.
La orientación en nuestra zona suele ser norte-sur para así poder realizar distintos trabajos en las exposiciones de sol de mañana y tarde. Los racimos se exponen siempre al final de ciclo en el lado de la mañana, cuya radicación es menos dañina que la de la tarde, que suele ser más potente y puede incluso dañar la piel de las bayas.
Como es habitual, en Resalte estamos atentos a todo el ciclo de la viña. Se están terminado de podar los últimos viñedos y las lluvias casi no han hecho acto de presencia. Todos los datos recogidos durante el invierno nos ayudarán a tomar decisiones en la próxima campaña y nos ayudarán a tomar decisiones en la elaboración de los futuros vinos de la siguiente añada.
Enrique Andrades
Director Tecnico