El viñedo es protagonista durante todo el año, con trabajos manuales y continuos de poda en seco, poda en verde, desniete, aclareo de racimos y vendimia manual.

La vendimia es el momento más emocionante y de vital importancia. Por ello, es crucial determinar el día exacto en el cual la uva expresa todo su potencial y, por tanto, debe vendimiarse. Durante todo el año, el departamento técnico controla la evolución del viñedo, para definir los trabajos de viticultura necesarios. Es en el mes de agosto, una vez comienza el envero, cuando realizamos visitas diarias a nuestros viñedos para hacer un seguimiento al estado de cada uno y, una vez entrado septiembre, realizar catas in-situ para determinar el grado de maduración, así como la toma de muestras de racimos para analizar en el laboratorio y determinar la fecha precisa de vendimia.

Entre finales de septiembre y principios de octubre, suele comenzar la vendimia. 15 días frenéticos en los que la climatología es determinante y en los que todas nuestras uvas son recogidas a mano, haciendo una primera selección de racimos y depositándolos con cariño en pequeñas cajas y cajones para evitar que la uva se aplaste y preservarla de la oxidación.