Para cualquier aficionado o consumidor habitual de vino la calificación de añadas de su zona favorita (esperemos que Ribera del Duero), es un valor añadido a la hora de decidir la compra de un vino de una añada concreta. Con este artículo, queremos explicaros en qué consiste esta calificación de los vinos españoles y por qué la añada debe ser simplemente orientativa y no determinante.
¿Qué es la añada de vinos?
Cuando hablamos de la añada del vino, hacemos referencia al año en el que las uvas han sido recolectadas. De esta manera, podemos obtener información sobre las condiciones climatológicas de la maduración de la uva.
¿Cómo se hace la calificación de añadas?
La calificación de las añadas en Ribera del Duero la realiza el Consejo Regulador, que es el encargado de velar por la calidad de los vinos que producimos las bodegas. El Consejo Regulador, convoca un Comité Excepcional de Calificación añadas Ribera del Duero, donde son invitados una serie de sumilleres de gran prestigio.
Se catan a ciegas muestras de vinos de esa añada, procedentes de distintas bodegas. Cada sumiller emite una puntuación y la media de las mismas corresponde a una calificación, que es la que se otorga a esa añada.
¿Qué condiciona la calidad de las cosechas?
La meteorología es uno de los puntos de mayor influencia en el perfil de la uva y, en consecuencia, en los vinos y su calidad.El clima condiciona enormemente el ciclo de la viña y su uva. Las mejores añadas dependen de la aptitud de la uva, para elaborar vinos con mayor o menor capacidad de envejecimiento, más o menos color, o más o menos acidez.
La lluvia y el clima de Septiembre, claves
Las temperaturas medias desde primavera al final de ciclo, y sobre todo como sea el mes de septiembre, son un factor de mucha influencia sobre la fase final de la madurez. Otro condicionante es la cantidad de lluvia. Concretamente, el momento en el que caiga, si es en primavera o verano, o si son repartidas o concentradas.
La Ribera del Duero, presenta un clima mediterráneo con influencia continental. Esto quiere decir que es un clima extremo, con veranos secos y calurosos e inviernos largos y fríos. Por eso, las mejores añadas Ribera del Duero tienen unos matices únicos que lo hacen tan especial.
¿Es determinante la calificación de añada para identificar la calidad de un vino de una bodega?
Las calificaciones de añadas no son determinantes, ya que la clave está en el trabajo en la viña durante ese periodo. Sin embargo, la interpretación de la añada es fundamental para mejorar la producción. Desde el principio del ciclo vegetativo, el clima nos va dando información de las posibles virtudes y defectos que pueden tener los futuros vinos.
Los trabajos realizados con exigencia y criterio en viñedo y bodega, van encaminados a minimizar los excesos o desequilibrios que el clima puede marcar en la viña. Si la añada es calurosa y seca, tendremos que estar pendientes de que el grado alcohólico no suba mucho, deshojar tarde o adelantar la fecha de vendimia.
Si la añada es muy fresca, habrá que disminuir el rendimiento por hectárea, deshojar pronto para tener una buena exposición solar e intentar retrasar la vendimia sin perder la acidez y la frescura.
El papel del enólogo en las añadas del vino
El criterio de la bodega y del enólogo son determinantes en la calidad de las cosechas de vinos. De esta manera, podremos encontrar bodegas que hagan vinos de gran calidad en añadas mediocres, y otras bodegas, que incluso en añadas míticas, no tengan el nivel esperado.
¿Cuáles son las mejoras añadas de la última década?
Las añadas que más motivan son las imperfectas. Aquellas en las que necesitas interpretar y esforzarte en sacar un gran vino, en situaciones donde la naturaleza no te lo ha puesto fácil. Esas son las mejores añadas y las que hacen grandes a las bodegas. Lo fácil lo hace cualquiera. Si tuviera que quedarme con alguna, podrían ser las añadas vino 2015, 2016 y 2018. La cosecha de 2020 apunta muy bien, pero un vino demuestra su calidad cuando ya ha pasado un año en barrica, mostrando carácter, finura y expresión frutal.
En Resalte trabajamos muy duro para que la calidad de los vinos se mantenga constante año tras año a pesar de que el clima sea cada año diferente. De mayo a septiembre se toman valores y se estudia la evolución del tiempo de ese año en concreto y trabajamos con la misión de minimizar las incidencias.
Solo embotellamos la cantidad necesaria y las añadas que mantengan nuestro estándar de calidad. Nuestros clientes deben tener por seguro que cada vez que abran algunas de nuestras botellas, la calidad será la máxima posible. Esto nos ha hecho ser una de las mejores bodegas del Mundo 4 veces en los últimos 12 años.
Enrique Andrades
Director Técnico
Bodegas Resalte